Al pensar en la marca para un nuevo emprendimiento o producto, es común que se empiece por considerar los valores que la marca pretende transmitir, colores, tipo de público al cual va dirigida, etc. La denominación y gráficos que compondrán la marca surgen luego de ese proceso investigativo y creativo.
Normalmente, se suelen considerar algunas opciones antes de elegir o diseñar una marca, sin embargo, las preguntas claves son: ¿Cuál escoger? Y ¿Por qué? Aquí algunas recomendaciones:
1. No escoja una marca que consista exclusivamente en el nombre o una característica del producto o servicio, porque será prácticamente imposible de registrar. Esto aplica igualmente para los nombres genéricos, técnicos o usuales de los productos.
Ejemplos: La palabra CERVEZA no se podría registrar como marca para identificar cervezas. En Colombia, la palabra POLA no se puede registrar para distinguir cervezas porque los consumidores así llaman este producto en este país.
2. Tenga en cuenta que si elige una marca que le indica al consumidor alguna característica del producto o servicio (marca evocativa), posiblemente podrá registrarla si no hay otras similares o idénticas.
Ejemplo: CHOCOEXPRESS, CHOCOCONO, CHOCORAMO, CHOCOLISTO, son marcas registradas que coexisten y distinguen productos alimenticios con sabor, o de, chocolate.
Aunque una marca evocativa es eficaz para dar a entender al consumidor el tipo de productos de que se trata o sus características, tenga presente que no tendrá un derecho de exclusividad sobre la expresión o palabra que indica la característica del producto y tendrá que coexistir con otras marcas que también incluyan ese término, lo cual le resta valor y originalidad a la marca, haciendo más difícil defender su exclusividad frente al uso o registro de marcas similares.
3. Es recomendable, desde el punto de vista jurídico, elegir como marca una expresión que no tenga ninguna clase de significado concreto, como una palabra inventada (marca de fantasía) o una palabra existente que no tenga relación con el producto o servicio (marca arbitraria).
Un ejemplo de marca de fantasía es la palabra REXONA, inventada para identificar productos de aseo personal. El ejemplo clásico de la marca arbitraria es la denominación AZÚCAR para identificar prendas de vestir.
Aunque una marca de este tipo será más difícil de posicionar y puede ser menos efectiva para hacerle entender al consumidor qué tipo de producto o servicio se comercializa, tiene como ventaja que será una marca verdaderamente novedosa y única, más fácil de proteger ante intentos de uso o registro de marcas similares, lo cual supone una enorme ventaja competitiva.
Además de estas recomendaciones y de las consideraciones publicitarias, por favor no olvide que la única forma de ser el verdadero dueño de una marca es registrándola. Si necesita asistencia, por favor no dude en contactarnos.
Fotógrafo: Ana Labate